Nueva visita familiar al comedor del colegio

Rubén Cordero de Paz, padre de una alumna de primero de infantil, visitó el comedor escolar esta semana. Rubén es profesor técnico de Cocina y pastelería en el IES Hotel Escuela de la Comunidad de Madrid. Su esposa también es cocinera. Así que, qué mejor familia para contarnos su experiencia en el comedor. Os dejamos con Rubén: 

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En el presente informe me dispongo a compartir con el resto de padres, y equipo educativo, los detalles sobre mi experiencia en el comedor escolar y mi percepción sobre algunos datos del mismo, entendiendo, que el objetivo de todos, incluida la empresa GASTROSER, que gestiona cocina y comedor, es garantizar que nuestros hijos reciban una alimentación adecuada y en cantidad suficiente, a la par de que disfruten de un ambiente seguro a nivel higiénico sanitario, y en cuanto a posibles alergias e intolerancias durante sus horas de comida en el centro educativo.

El menú de la fecha escogida ha sido el siguiente:

Primer plato: Judías verdes con tomate y chorizo

Segundo plato: Albóndigas con salsa de champiñones y zanahorias baby

Postre: Naranja

Bebidas: Agua, leche

Comienzo la visita a las 12:30 entrando con otros padres que asisten a sus respectivas tutorías por la entrada de López de Hoyos. Asisto al primer turno de comidas porque es en el que come mi hija, alumna de 1o de infantil.

Mi primera percepción es la escasa ración de judías que ya están comiendo los niños de 3-4 años. Ante mi consulta sobre este tema, los auxiliares de comedor y la cocinera me comentan que los niños siempre que quieran pueden repetir, y que si ven el plato muy lleno, sobre todo de verduras, se agobian y les cuesta más.

A nivel gustativo, el primer plato de judías que me sirvo, están muy ricas, tiernas, perfectas de punto de sal, y con suficiente carga de proteína.

El segundo plato, las albóndigas, muy bien de temperatura, tiernas y jugosas. El punto de sal es el correcto, y la guarnición, zanahorias baby, muy bien cocidas. Se observan verduras como guisantes y champiñones en la salsa, que estaba muy rica. Reconozco que he mojado pan.

Los niños más pequeños comen dos albóndigas y su correspondiente ración de guarnición y salsa.

Como se ha comentado anteriormente, se observa que se le sirve más a quien lo solicita.

El postre es naranja, que se pela al momento por parte de los auxiliares y se porciona para ofrecérselo a los niños. Me llama la atención que el producto no esté pelado y porcionado de antemano. Ante mi pregunta, se me responde que es mejor para conservar las características organolépticas del producto, lo cual es totalmente cierto, aunque en mi opinión retrasa más el servicio, que con todo y con eso, avanza puntual.

Observo que a los niños más pequeños se les ofrece 1⁄4 de naranja en primera ronda, y a todo aquel que quiera más se le ofrece un segundo cuarto. La ración estimada es de media naranja por alumno, suficiente, teniendo en cuenta que son piezas grandes y una completa sería demasiado.

No me ha gustado que en algunas mesas del fondo, se les ha servido a la naranja ya pelada a los niños directamente encima de la mesa, que se había limpiado previamente con una bayeta, seguramente con algún tipo de agente desinfectante. A los más pequeños, se les ha dado directamente en la mano, lo que me parece más correcto.

Muy dulce, y con la etiqueta que certifica el origen (España). Se me aclara que a los más mayores no se la pelan, se les parte a la mitad y ellos la muerden, lo cual les divierte mucho (y a nivel higiénico sanitario es mucho mejor). 

Por último, se les sirve un vaso de leche entera, salvo a aquellos alumnos con intolerancia a la lactosa que se les ofrece leche de avena. Ante mi pregunta por el tema de alergias e intolerancias, me explican el protocolo, donde a los niños no se les excluye a otra mesa, sino que se integran junto a sus compañeros pero con un mantel individual que indica los productos que no pueden comer, y es el auxiliar correspondiente a esa mesa quien vigila que el alumno no se vea contaminado por la comida de otros compañeros.

La vajilla y cubertería son correctas, y actuales, como las que podríamos tener en cualquiera de nuestras casas, esperaba algún tipo de plato tipo “Duralex” o bandejas típicas de comedor, pero me ha sorprendido gratamente. Los vasos, por supuesto son de plástico.

Me gustaría destacar que a la par que bien organizados, se aprecia un trato amable, cariñoso y cercano de los auxiliares y cocinera con los alumnos, he visto a algunos niños dar abrazos al despedirse, eso dice mucho del servicio ofrecido a nuestros hijos, que les aprecian mucho. Considero que están en muy buenas manos en estas horas no lectivas.

Por mi parte, termino agradeciendo al AMPA por otorgarme la responsabilidad de dicha visita, su interés en ella y expresar la total disponibilidad y colaboración recibida en esta actividad por parte de la Dirección del centro y la empresa concesionaria del servicio de comidas en este importante aspecto del día a día de nuestros hijos.

Atentamente.

Rubén Cordero de Paz

Comentarios

  1. Muchas gracias por compartir la experiencia con el resto de padres! Por mi parte me quedo mucho más tranquila y contenta con el servicio.

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  2. Muchas gracias Rubén con tu crónica tan detallada y exhaustiva. Me ha encantado lo que cuentas y cómo ll cuentas y más viniendo de un profesional como tú

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  3. Gracias por esta maravillosa y detallada explicación. Aunque ahora me quedo más preocupado por lo de las cantidades , dos albóndigas !! Mi hijo se muere de vergüenza si tiene que pedir repetir así que imagino que se le tocará quedarse con hambre , una lastima.

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    Respuestas
    1. Junto a la clase de 3 años, en la parte de fuera, hay un tablón de anuncios donde - cada día - se indica la cantidad que cada peque ha comido de cada plato (nada, parte, todo, si ha repetido). Quizá - como idea - puedes echarle un vistazo y si ves que muchas veces se queda en "todo" sin repetir y observas que el peque tiene hambre a la salida, puedes intentar enviar un mensaje al personal de comedor. ¡Un saludo!

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