Horarios extraordinarios viernes 20 de diciembre

Por qué cambiar el nombre al CEIP “Patriarca Obispo Eijo Garay”


Todo nombre es un homenaje.

Que un colegio público honre la memoria del obispo Eijo Garay, a quien el Ayuntamiento de Madrid le ha retirado la medalla de honor, y al que otros colegios ya han retirado como nombre de su centro, no representa los valores éticos y democráticos ni tampoco el proyecto educativo de nuestro colegio.

Estos son los motivos por los que se ha impulsado el proceso del cambio del nombre, contando con la participación de la comunidad educativa. Nos hemos embarcado en un proceso responsable, participativo y democrático, promovido desde el Consejo Escolar y con apoyo del AMPA. El objetivo es darnos un nombre nacido del consenso, así como una experiencia educativa que nuestros hijos e hijas recordarán con orgullo y cariño.

Este cambio no tendrá gastos añadidos para ninguna familia. Esto no significa que haya que cambiar de vestuario ni de material, ni tampoco que haya que pagar más por familia. El cambio de nombre será progresivo, durará varios años y se realizará con responsabilidad y mucha tranquilidad, desde el respeto y desde la total transparencia, sin caer en actitudes radicales ni partidistas, buscando el consenso y la unión de todos por encima de todo.


 ¿Quién fue Eijo Garay? 


Durante el franquismo, el obispo Leopoldo Eijo Garay no fue simplemente una personalidad de relevancia religiosa sino también un importante actor político del régimen. Como explica el historiador José Luis Garrot en el trabajo que ha realizado a petición nuestra sobre la figura de Eijo Garay, este manifestó su apoyo a los sublevados pocos días después del golpe de Estado de 1936, justificó el golpe militar y fue “uno de los precursores a la hora de denominar la Guerra Civil como 'cruzada'”.

Eijo recordaba la proclamación de la Segunda República de esta manera: “Al ver desfilar por las calles madrileñas aquellas turbas desarrapadas, cuyas bocas eructaban odio y cuyas actitudes eran presagio de próxima tormenta, me preguntaba: ¿pero de dónde ha salido esta gente?, ¿quiénes son?”

Su adhesión a Franco está más que documentada, al cual en una carta remitida a su vicario Francisco Morán, le llamaba “salvador de España” y expresaba sus sentimientos de esta manera: “Él [general Franco] sabe bien lo mucho que lo quiero y admiro”. En sus pastorales del año 37, Eijo Garay denominaba a aquellos que defendieron el orden democrático como “huracán de la revolución satánica” y “herrumbre y escoria”. Asimismo, justificó la guerra diciendo que “en España el comunismo no podía ya ser vencido, después de su ilegal asalto al poder, si no es con la razón de las armas”. Dijo que el poder había sido “usurpado” y se ejercía “con cruel y sangrienta tiranía”, retorciendo el relato histórico para su conveniencia, argumentando que “cuando la sustancia de la legalidad es la injusticia, no le queda a la conciencia y a la acción más recurso que buscar la justicia en la legítima legalidad”.

Eijo Garay fue el principal instigador del nacional-catolicismo, una variante del fascismo que se gestó a partir del golpe de Estado de 1936 y sobre el que se asentó el franquismo. Promovió activamente el derribo del régimen democrático, y apoyó los crímenes posteriores, los cuales justificó como parte de la llamada “Cruzada Nacional”.

Cuando se produjo el golpe de Estado en julio de 1936, el propio Eijo Garay fue uno de los redactores de la famosa “carta colectiva” del episcopado (1937). En ella, la Iglesia católica proclamaba "el sentido cristiano de la guerra" y la necesidad de exterminar físicamente a un enemigo “ateo y extranjero”.

Eijo Garay fue, durante la dictadura de Franco, consejero nacional de Falange y sus confluencias (F.E.T. y de las J.O.N.S.); por algo le llamaban “el obispo azul”, recuerda Garrot. También fue procurador en Cortes, consejero del Movimiento y consejero del Reino. El obispo defendió, frente a las organizaciones juveniles del Eje fascista europeo, la pertinencia del nacional-catolicismo (Viena, 1942). También lo hizo en el acto de clausura del curso de la Academia de Mandos José Antonio (el actual centro cultural Nicolás Salmerón) en 1946, en un discurso en el que alentó a las juventudes falangistas a ser dignas de la nación católica.

Así pues, el obispo Eijo Garay no fue una figura secundaria del aparato de la dictadura; incluso llegó a ejercer la Jefatura del Estado del 22 al 27 de octubre de 1949, durante un viaje de Franco a Portugal. Eijo Garay formó parte de un triunvirato provisional junto al Presidente de las Cortes y el Teniente General del Ejército. Es decir, tres máximos representantes de los poderes del Estado durante la dictadura: el legislativo, el militar y el religioso.

Es incuestionable que la figura del Patriarca Obispo Eijo Garay no era, por tanto, la de un mero representante de la Iglesia Católica. Su cargo tenía también atribuciones políticas y un papel destacado durante la dictadura franquista para la relación Iglesia-Estado. Desde el cargo de arzobispo de Madrid promovió que Franco acudiera a los actos religiosos bajo palio, lo que suponía el máximo respaldo al dictador.

Eijo patrocinó la campaña para que Pío XII hiciera cardenal a Franco y se iniciaran los procesos de santidad de los muertos del bando franquista en la Guerra Civil, los denominados por la Dictadura “Caídos por Dios y por España”. 

Cuando murió, en septiembre de 1963, recibió los más altos honores del régimen en un funeral al que el Vaticano no envió representación mayor que la de su nuncio (embajador) en Madrid, a pesar de tratarse del más alto dignatario de la Iglesia en España.

Memoria democrática 


El nombre que ostenta el colegio va en contra del artículo 15.1 de la Ley 52/2007 de Memoria Histórica, que dice:

“Símbolos y monumentos públicos. 1.-Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas”.

En aplicación del mismo artículo 15 de la citada Ley, el Comisionado de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid (comisión en la que hay representantes de la Iglesia), y por unanimidad de todos sus miembros, elevó el 29 de junio de 2016 al Pleno Municipal la propuesta de retirar la medalla de oro al Obispo Eijo Garay, acordando su retirada en cumplimiento de esta ley.


No somos los únicos 


La Xunta de Galicia ya retiró el nombre del colegio Eijo Garay de Vigo, su ciudad de nacimiento. El antiguo colegio Eijo Garay pasó a llamarse Islas Cíes en marzo de 2009. Esta fue una decisión que aprobó por consenso toda la corporación municipal de Vigo. También perdieron la denominación de Eijo Garay los jardines de la calle Areal, precisamente en la que nació en 1878. Su denominación actual es la de Eugenio González de Haz.

Una reciente investigación periodística ha hecho aflorar los algo más de 80 nombres de colegios que incumplen la Ley de Memoria Histórica. Entre ellos, el nuestro.

La petición de cambio de nombre del colegio es una propuesta que puede nacer desde la institución competente en materia de educación (Comunidad Autónoma), la institución titular del colegio público (Ayuntamiento), pero también desde el Consejo Escolar del colegio, como es también el caso del cambio que propone el consejo del IES Villa de Vallecas. Este instituto quiere tomar el nombre del Profesor Ladislao Martínez.

En este sentido, un proyecto ejemplar y que resulta similar a lo que pretendemos es el cambio del CEIP José María Pemán de Jerez de la Frontera, que pasó a llamarse en abril de 2017 como la escritora Gloria Fuertes, tras una denuncia de la Plataforma de Memoria Democrática de Jerez. El proceso de elección fue elegido por los alumnos de manera democrática.

Una oportunidad educativa, democrática y cultural 

El cambio de nombre supondrá: 

  • La construcción de una identidad común, encargada de forjar una comunidad en la que nadie se sienta a disgusto, definiendo así sus necesidades, acciones, valores, prioridades o rasgos que los identifica y los distingue, mucho más actual y con más consenso.

  • Una demostración de los valores de la democracia: un colegio más cercano a su tiempo, mejorando si cabe la educación integral del centro, desarrollando una identidad más acorde con el trabajo educativo del colegio.

  • Un ejemplo de colaboración e integración de la comunidad educativa al completo: El cambio de nombre implica a las familias, entre las cuales se recogen las primeras propuestas, que pueden ser fruto de una primera conversación en los hogares sobre la importancia de este tema.

  • Un ejercicio educativo: el proceso de elección del nuevo nombre continúa en las aulas, como una actividad especial dentro de este curso que implica también al alumnado, el profesorado y la dirección del centro. El alumnado hará trabajos de documentación sobre los nombres propuestos, para poder conocerlos y defenderlos de cara a una votación en la que participarán los alumnos y las alumnas.

  • Una proyección pública del colegio como ejemplo de buenas prácticas: Esta iniciativa mejorará aún más la imagen pública del colegio, no solo en el barrio sino con un alcance mayor de la opinión pública.

  • Un legado para los que vienen detrás: la generación presente de alumnos y alumnas de nuestro colegio recordarán este acontecimiento como uno de los más importantes de su paso por el colegio. Esta iniciativa no solo es una gran oportunidad para los presentes sino un legado de respeto hacia los que vienen detrás, los que llegarán en el futuro. 


 ¿Y cómo lo estamos haciendo? 


  1. Se abre por parte del colegio una recogida de nombres para que las familias puedan hacer su propuesta. En la circular que entrega el colegio se pueden elegir el nombre o nombres que en la familia se crean más idóneos. El plazo para hacer vuestras propuestas acaba el 20 de marzo de 2018.

  2. El Consejo Escolar recibe las propuestas de las familias y el profesorado y acorta la lista para reducirla a un número manejable por el alumnado.

  3. En colaboración con el profesorado, el alumnado investiga y documenta las diferentes propuestas, que serán presentadas a la comunidad educativa durante la semana del Día del Libro.

  4. Finalmente, se celebrará (la fecha se anunciará más adelante) una votación cuyas características están todavía por cerrarse desde el Consejo Escolar. 


Carta a quienes no quieren cambiar el nombre 


Sin duda hay opiniones para todos los gustos, y comprendemos que haya padres y madres que no estén de acuerdo con el cambio de nombre del colegio. Nos costaría aceptar que, en democracia, haya padres o madres a los que les guste mantener este nombre por las connotaciones políticas que implica, pero sí entenderíamos que haya padres y madres que, por motivos sentimentales, o prácticos, no crean necesario gastar tiempo ni energía en cambiarlo.

La tradición del nombre de un colegio, arraigada en la memoria de las personas, es un recuerdo que fija un lazo fuerte y estable. Algunos de los padres y madres de hoy que tienen a sus hijos escolarizados en el Patriarca Eijo Garay fueron alumnos y alumnas en el pasado, y no quieren cambiar este nombre porque piensan que se rompería un lazo histórico entre ellos y sus hijos; como si fueran a colegios diferentes. Tal es la fuerza metafórica y simbólica de un nombre, cuya importancia es más relevante de lo que pensamos.

Otros muchos piensan que tan solo es un nombre, un envoltorio, y que hay cosas más importantes en las que trabajar. Es cierto que en el colegio se está en un proceso de mejora continua. Y nos consta que desde la dirección, pasando por el profesorado, el AMPA, etc., se trabaja muy duro para que los problemas que vayan surgiendo puedan ser solucionados entre todos y todas. Pero el proyecto del cambio de nombre no interfiere ese trabajo, ya que es complementario, e incluso, pensamos, lo refuerza. Algunos ejemplos sobre la importancia de este acto: las personas transgénero han luchado para que en su DNI conste el nombre que les represente y no el que les asignaron. En las oficinas de marketing se invierte una gran cantidad de dinero en inventar unos nombres adecuados para sus productos, que incluso actualizan, si es necesario, según los cambios del mercado. Es más, si estás leyendo esto, es muy probable que seas padre o madre:

¿Recuerdas cuánto tiempo e ilusión empleaste en la elección del nombre que lleva tu hija o hijo? Los nombres se proyectan hacia el exterior, nos identifican y marcan lo que somos. Estamos en un colegio público, un espacio para la educación que es de todos y de todas. Y por ello se apela, con este escrito, a la comprensión y a la madurez democrática a aquellos que, a priori, estén en contra del cambio de nombre, para que puedan entender que, entre todos y todas, podemos elegir un nombre en el que estemos de acuerdo, juntos, en vez de separados y divididos.

Todos deseamos educar a nuestros hijos y a nuestras hijas en el respeto y la integración de todas y todos, sin discriminación de raza, género, religión o ideología. Y es obvio que, con el nombre que ahora mismo el colegio luce en su fachada, eso no puede ser posible.

Os invitamos a colaborar con nosotros y a participar juntos, porque sin vosotros a nuestro lado esto no sería posible. Os damos las gracias a todas las familias, asociaciones, AMPAS de otros colegios, profesoras y profesores, al equipo directivo del colegio, a la FAPA, y a los niños y niñas del colegio por haber apoyado este proceso.

Un saludo a todas y todos.



Vocalía de familia del AMPA del colegio Patriarca Obispo Eijo y Garay 
Cualquier comentario o aclaración, duda, lo que sea sobre el cambio de nombre, podéis enviarla a nuestro e-mail: familia.ampaeijogaray@gmail.com


Comentarios

  1. Muchas gracias por el trabajo y por cómo habéis planteado este proceso, de forma integradora y participativa. Creo que tenemos mucha suerte en este cole de contar con gente tan comprometida y valiosa.

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  2. Me sumo a las felicitaciones. Gracias por el trabajo y la metodología integradora y participativa.

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  3. Os agradecemos vuestras amables palabras. Este paso hay que agradecerselo al Consejo Escolar y a toda la comunidad educativa. Os animo a todos y todas a participar con nuestros hijos e hijas en el proceso, porque lo que van a aprender ellos y ellas en este camino es algo muy especial y valioso.

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  4. Os agradecemos todo vuestro apoyo, tan necesario. Este camino creo que va a ser muy valioso para nuestros hijos e hijas, y espero que ese mensaje integrador y democrático le llegue a todo el mundo.

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  5. Una explicación estupenda. Os felicito.

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  6. Muy buena explicación. Está claro que va a ser una experiencia muy positiva para tod@s. Estoy deseando ver el resultado.
    Gracias por la iniciativa

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  7. Me pregunto si ganan algo los niños o el cole con este cambio de nombre.

    Sí puedo ver lo que ganan los partidarios de determinada ideología y algunos partidos políticos.

    Personalmente, tanto me da si el colegio se llama de un modo u otro. Y entiendo que a Monseñor Eijo Garay, a estas alturas de su historia, le importará aún menos que a mi.

    Lo que me molesta es que ustedes, desde la asociación de padres de alumnos, patrocinan, apoyan e impulsan esta causa que es 100% ideología.

    Además, de una ideología que descalifica, como poco, cualquier pensamiento o posición que no esté en consonancia. En sus palabras; "Nos costaría aceptar que, en democracia, haya padres o madres a los que les guste mantener este nombre por las connotaciones políticas que implica".

    Para ello, presentan como argumento una historia sesgada e incompleta, que avala una "autoridad" en la materia con militancia política (seré suspicaz, pero no me costaría creer que un comunista tenga algún prejuicio contra un obispo católico. Y éste lo fué en España en la época de Franco). https://primarias.ahoramadrid.org/jose-luis-garrot/

    Sí, admito que me molesta. Tanto la politización de la actividad del AMPA como el estilo con el que se lleva a cabo. Y esta nota es para decirlo públicamente.

    Que quede claro, defiendo desde el fondo de mi alma, el derecho de cada uno a pensar como quiera y a vivir según piensa, por muy en desacuerdo que yo pueda estar. Es sólo que lo encuentro fuera de lugar en este contexto. Creo que como dicen ustedes, pero no hacen, "una asociación de padres debería ser de todos, sin distinciones ideológicas, y la política debería ser un tema lejano en las aulas".

    Permitan que el AMPA vuelva a ser de todos. Esto es un ruego.

    Entre tanto, sépanlo, no cuentan con mi apoyo.

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  8. Lo primero es agradecerle que haya escrito y dado su opinión, aunque no sea favorable al cambio. Un derecho por supuesto totalmente legítimo.

    Con lo que hay que disentir es con su apreciación de que los niños no ganan nada con el cambio de nombre. Porque precisamente todo esto va de eso, de la educación, el bienestar y el futuro de nuestros hijos. Que los esfuerzos por inculcarles los valores democráticos, la tolerancia, la igualdad, la solidaridad no se vean empañados por la contradicción de un nombre que es la antítesis de todo eso. Le remito al post, al apartado “Una oportunidad educativa, democrática y cultural” para que lea de nuevo lo que supondrá el cambio de nombre.

    Sobre el contubernio judeo masónico que adivina usted tras todo esto me permitirá que no entre en valoraciones. Pero sí querría aprovechar para aclararle algunos puntos sobre el papel del AMPA en este asunto, porque me temo que el desconocimiento le ha hecho verter injustamente descalificaciones sobre un colectivo de padres que no hace otra cosa que poner su esfuerzo y su tiempo en buscar desinteresadamente la mejora del colegio y el bienestar de los niños.

    Así, debe usted saber que el cambio de nombre no es una idea del AMPA; es una idea que viene de bastante tiempo atrás y ahora ha sido votado por unanimidad en el Consejo Escolar, en el que todos los representantes electos de las familias han votado a favor. El claustro de profesores también está representado, así como toda la Comunidad Educativa del Colegio.

    Desde el AMPA también lo hemos defendido, comentado y apoyado en reuniones, y hemos ayudado desde fuera lo que hemos podido. Al contrario de lo que le sucede a usted, que afirma “personalmente, tanto me da si el colegio se llama de un modo u otro”, al resto de padres y madres es un asunto que sí les importa, y si no hubiera sido un sentir mayoritario no lo hubiéramos apoyado. Y le aseguro que en todo momento hemos intentado integrar también a todas las familias y escuchar a todas las voces que disentían. Otros colegios, además, ya han cambiado el nombre de Eijo Garay; ni siquiera somos los primeros.

    Otra cosa injusta que dice es lo de “argumento e historia sesgada”. Aquí no se pretende engañar a nadie. Todos somos adultos e intelectualmente autónomos. No pretende haber argumento alguno además, porque a estas alturas no es especialmente necesario explicar lo desafortunado del nombre, y por ello lo apropiado del cambio. El historiador mencionado, José Luis Garrot, es un profesional cuya solvencia no está en discusión. Y en ningún momento se cuestiona a Monseñor como figura eclesiástica. Ya que le interesa, ese cuestionamiento como cristiano sí lo hizo en su momento -con mucha dureza, por cierto- el Nuncio Apostólico Tedeschini. Pero es que además no estamos hablando de opiniones parciales o no, sino de hechos históricos ampliamente conocidos y, ya en Democracia, accesibles a cualquiera.

    Respecto a lo de imponer una ideología sobre otras, pues es difícil acotar qué es ideología y qué no lo es; ese es un largo debate. Pero creo que estamos de acuerdo en que un AMPA es de todos, sin distinciones ideológicas, y que la política debería ser un tema lejano en las aulas. Precisamente por eso creo que no deberíamos tener un nombre tan cargado ideológicamente, por lo que se puede decir que, en el fondo, usted y nosotros estamos de acuerdo, ¿no le parece?

    No quiero terminar sin invitarle a participar en lo sucesivo de forma más activa en el AMPA y venir de vez en cuando, siempre que sus obligaciones se lo permitan. De esta forma todos nos beneficiamos de su aportación, y además sus hechos estarán más en consonancia con sus palabras en lo de que el AMPA es de todos. Haciéndose más partícipe de la vida del colegio -aparte de lo gratificante que es construir entre todos- verá como no le resultarán tan ajenas las cosas y sus resquemores desaparecerán.

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    1. [Vuelvo a proponer estas respuestas que ya escribí el pasado día 23 de marzo, puesto que por algún error de publicación no aparecían correctamente situadas.] [Respuesta 1 de 3.]

      Antes de nada, Antonio, quiero recordarte que te tengo mucho aprecio y que me pareces una bellísima persona. Lo digo porque parece ser que cuando discuto de algo suelo ser muy tajante, y a veces hasta hiriente (espero de veras que esta vez no lo sea), pero me gustaría que tuvieras en mente que las críticas no son nada personal contra ti. Alberto, en cuanto a ti, la única vez que hemos hablado (a la salida de la última reunión del AMPA), me caíste personalmente muy bien. Insisto, por favor, no os toméis las críticas como nada personal (bueno, ni vosotros dos, ni nadie de los que sean por mí aludidos).

      Dicho lo cual, paso al tema. Empiezo por el final de tu contestación, Antonio, a Blas J. Ruiz, a quien por cierto, creo que no conozco o, al menos, no identifico por ese nombre (seguramente de vista sí nos conoceremos, como casi todos en el cole). No me parece en absoluto de recibo que, para rematar tu contestación, invites al Sr. Ruiz a "participar en lo sucesivo de forma más activa en el AMPA y venir de vez en cuando", pues pareces querer dar a entender que si no participa más no tiene tanto derecho a quejarse como los que sí participan o, incluso llevan su participación a llevar la responsabilidad de alguna área del AMPA, como es tu caso. O que, aunque tenga derecho a quejarse, su opinión cuenta menos por el hecho de no participar más. Sinceramente, no es de recibo, y te explico por qué. El Sr. Ruiz entiendo que es socio del AMPA, aunque si no lo fuera casi daría igual, como os explicaré después. Pero vamos, ser socio o no del AMPA que yo sepa es voluntario, ¿no? Por lo tanto, el hecho de asociarse, y pagar su cuota, ya es participar en el AMPA, ¿o no? De hecho, no sólo no es obligatorio ser socio del AMPA por tener a los hijos escolarizados en el colegio, sino que creo haber oído o leído que cabe la posibilidad de que haya más de un AMPA en un colegio. Por lo tanto, creo que debéis valorar de manera positiva la posición de los que pagamos la cuota y, por la razón que sea, no participamos de manera más activa ni vamos de vez en cuando, ya que gracias a ese dinero, junto con vuestro esfuerzo, claro está (lo uno no quita lo otro) se llevan adelante las tareas del AMPA.... Es evidente que formar parte de la junta del AMPA o llevar una área o vocalía, como quiera que se llame vuestra parte del trabajo, implica mayor dedicación y esfuerzo que la de aquel que no lo hace, pero a cambio se tiene también el acceso directo a las decisiones y propuestas que se hacen, lo cual no es nada desdeñable. Quiero decir que, aunque se agradece el esfuerzo que hacéis, ello también conlleva una posibilidad de influir en las decisiones muchísimo mayor que la que tenemos los que no ejercemos vuestra labor, por lo que yo diría que lo uno compensa lo otro, ¿no? Y en cuanto a pedir cuentas al respecto de lo que hacéis, por el mero hecho de ser socio del AMPA, cualquier socio puede pediros explicaciones, estaría bueno, así como criticar lo que se haga, "participe más activamente" o no. Pero más aún. Las propuestas que hace el AMPA y las decisiones que se toman basadas en ellas son actuaciones que se realizan sobre el colegio al que van nuestros hijos, los de los que somos socios del AMPA y también los de aquellos que no son socios. Por ello, cualquier propuesta o decisión puede y debe ser objeto de revisión y crítica por parte de cualquier padre o madre de un alumno del Colegio. Por ello, creo que deberíais tomar en cuenta la opinión del Sr. Ruiz con el máximo respeto, sin minusvalorarla por el hecho de que no "participe más activamente".

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    2. [Vuelvo a proponer estas respuestas que ya escribí el pasado día 23 de marzo, puesto que por algún error de publicación no aparecían correctamente situadas.] [Respuesta 2 de 3.]

      Voy ahora con el tema del cambio de nombre. En primer lugar, desde luego comparto la opinión del Sr. Ruiz de que el informe del Sr. Garrot es sesgado e incompleto, probablemente influido por su ideología. Por un lado, las opiniones que tenía Monseñor Eijo Garay sobre la necesidad de la guerra y su inevitabilidad las tenía mucha gente en aquella época, tanto los que se sublevaron como muchos otros españoles, lo cual está ampliamente reconocido y documentado por historiadores solventes como Stanley G. Paine y muchos otros, mucho más solventes desde luego que el ignoto Sr. Garrot, de quien por otra parte no me sorprende el dato que aporta el Sr. Ruiz sobre su participación en las listas políticas de la formación izquierdista podemita. Como tú bien dices, Antonio, esto en democracia está ampliamente disponible para todo aquel que lo quiera buscar y encontrar. Por lo tanto, ese no es desde luego un argumento definitivo. Por otro lado, Monseñor Eijo Garay era, además de todo lo que expone el Sr. Garrot y vosotros reproducís, una persona intelectualmente muy brillante, por lo que creo recordar que leí o escuché hace tiempo (reconozco que tendría que buscar la información, ahora mismo no la tengo a mano, pero creo que había sido el más joven en sacar su carrera con notas excepcionales y el más joven de su tiempo en llegar a obispo), aparte de que, según he leído ayer mismo, fue también uno de los principales impulsores de las viviendas sociales en Madrid, habiendo promovido que se construyeran viviendas para muchísimas personas con pocos recursos en multitud de barrios madrileños (Pacífico, Paseo de Extremadura, Carabanchel Bajo, Vallecas, López de Hoyos, Usera, ... un total de más de 3.000 viviendas...), entre otras muchas virtudes que tuvo el Sr. Eijo Garay. O sea, que sí, os guste o no, la información aportada por el Sr. Garrot es sesgada e incompleta.

      Dicho todo lo cual, sinceramente, creo que me da igual que se cambie el nombre. No me parece lo más importante que hay que hacer para el colegio, pero no está del todo mal hacerlo. Como además, por mucho que a muchos nos espante el partidismo, el revanchismo de querer ganar la guerra a Franco después de muerto y la falta de rigor y de ecuanimidad de la mal llamada Ley de Memoria Histórica, pues si hay que cumplirla, pues oye, está bien que se cumpla... No vayamos a ser un colegio que se empeña en incumplir una ley que está vigente, al fin y al cabo, aunque tenga tantos defectos.

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    3. [Vuelvo a proponer estas respuestas que ya escribí el pasado día 23 de marzo, puesto que por algún error de publicación no aparecían correctamente situadas.] [Respuesta 3 de 3.]

      Llegados a este punto es donde os debo echar algún piropo, ya que, salvo el hecho de haber tenido muchísimo secretismo con el tema del cambio de nombre hasta el pasado 7 de marzo que se explicó claramente el proceso, me parece que lo que habéis planteado es bastante limpio y abierto. Efectivamente, como creo que decís, puede servir para dar un ejemplo de participación y de democracia a nuestros hijos que sirva para fortalecer sus convicciones democráticas y su espíritu de participación. Si acaso, me ha parecido algo escaso el plazo de apenas dos semanas para aportar una propuesta de nombre. De hecho, tras la "vorágine" del día 8 del Día de la Mujer Trabajadora y algunas otras polémicas posteriores lo había medio olvidado, mientras que los días siguientes mis múltiples obligaciones familiares y laborales me hicieron olvidar del todo el tema hasta que el 19 por la noche vi el mensajito de que el 20 era el último día... La verdad es que se me ha ocurrido un posible nombre ayer día 22 ("Espíritu de la Transición", lo cuento por si cuela que se amplíe el plazo y se pueda añadir a la lista), pero no se me ocurrió a tiempo de presentarlo en el plazo que marcasteis, así que nada, me quedé sin presentarlo.

      En cualquier caso, por favor, de ahora en adelante tened más en cuenta las opiniones de cualquier socio o de cualquier padre o madre del colegio, aunque no sea socio ni participe directamente en la junta directiva del AMPA ni en ninguna de sus áreas de trabajo. Estoy seguro de que si lo hacéis así se os entenderá y agradecerá mucho mejor vuestra labor, la cual por otra parte no tengo duda de que la lleváis a cabo con la mejor intención y con ánimo encomiable.

      Un abrazo,
      Javier.

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  9. En respuesta a Blas J Ruiz, tan solo decirte que ola afilición política de un trabajador no invalida su capacidad para realizar bien un trabajo. Como si me dijeras que no te fías del arreglo de tus cañerías que te haga un fontanero con carné del PP.
    Al AMPA del Eijo Garay, gracias por informarnos y por vuestro compromiso con esta iniciativa, que me parece imperiosa, urgente, importante y necesaria. Espero que haya mucha participación de las familias en las propuestas de nuevo nombre.

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    1. [Vuelvo a proponer esta respuesta que ya escribí el pasado día 23 de marzo, puesto que por algún error de publicación no aparecía correctamente situada.]
      Al contestar antes a Antonio Marín, como continuación de mis respuestas al mismo, tenía también la intención de contestar a Elena Cabrera, a quien no conozco, si bien creo que se le puede responder por escribir aquí en el blog, como a cualquier otro. Con todo mi respeto, estimada Sra. Cabrera, permítame que le diga que sí, desde luego que entre los estudiosos y expertos en historia existen muchas opiniones que no están compartidas por todos y muchas opiniones que no se basan en datos sino en interpretaciones distorsionadas de la realidad que poco o nada tienen que ver con la misma, distorsiones que son causadas por la ideología del historiador en cuestión. Esto también está ampliamente documentado, y desde luego que no tiene ningún tipo de comparación con la profesión de fontanero, sin duda. Por favor, le ruego respete las opiniones que sean contrarias a la suya sin intentar ridiculizarlas de manera tan evidente.

      Un cordial saludo también para Usted.

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  10. Vivo en la calle de Joaquín Costa, en un inmueble muy próximo del colegio público Eijo Garay, y desde siempre me chocó que un centro docente publico llevara el nombre de un destacado franquista, que puso su pluma y su palabra al servicio de un execrable régimen dictatorial. Creo que en el marco de la Ley Histórica de 2007, habría que quitarle su nombre a este colegio, y darle el de una personalidad que hubiese puesto sus "dotes intelectuales" al servicio de un proyecto educativo verdaderamente democrático. Por cierto, ¿en qué ha quedado la propuesta de cambio de nombre? Espero que sigan adelante. Es un deber ciudadano de higiene pública.

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    1. Estimada Mª Rosa,

      Ante todo queremos darle las gracias por su apoyo.

      Hasta la fecha podemos confirmar que el nombre que se ha elegido para el colegio, tras un proceso de votación en el que han participado todas las familias, es María Elordi, la antigua directora del centro. En estos momentos se han iniciado los trámites para las gestiones administrativas preceptivas. El cambio llevará un tiempo, que esperamos no sea demasiado largo.

      ¡Saludos!

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    2. Muchas gracias por mantenerme al corriente del cambio de nombre del colegio. Me alegro mucho de que hayan decidido por votación, en la que han participado todas las familias, poner al colegio el nombre de María Elordi, la antigua directora del centro. Es una decisión adoptada democráticamente, por la que les felicito. Espero que las gestiones administrativas para el cambio de nombre no duren demasiado tiempo. Como vecina del barrio, estoy deseando pasar delante del colegio y ver que ya no lleva el nombre de Eijo Garay.

      Saludos.

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    3. Siento si el colegio toma el nombre de María Elordi... Persona que no hizo ningún bien a algunos de los alumnos que pasaron por ese centro.

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  11. Una pena que llegue a llamarse María Elordi.
    Escribís críticas sobre el actual nombre. ¿Pensáis que es mejor persona esa señora?
    A mí personalmente me hizo mucho daño. Creo que no se lo merece.

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