¿Qué pasa en el cole?

EL NUEVO CORONAVIRUS, LOS NIÑOS Y EL COLEGIO

Desde la AMPA queremos ser un apoyo para todos vosotros y ofreceros información fiable y complementaria sobre la situación epidemiológica actual. Por ello, hemos creado una nueva Comisión denominada “Salud y Covid-19”, en la que participan varios profesionales sanitarios.
Hemos elaborado un documento en el que se explica dicha patología, síntomas, clínica, medidas de higiene y prevención y cómo actuar en caso de un positivo en el centro educativo.

Os invitamos a que lo leáis detenidamente en esta entrada. También podéis descargar el documento en pdf, si eso facilita la lectura, pinchando aquí.

EL NUEVO CORONAVIRUS, LOS NIÑOS Y EL COLEGIO

¡La deseada vuelta al cole se ha hecho realidad! Y con ella vuelven los mocos y los catarros, que este año nos preocupan más porque…. ¿y si es COVID?.

A continuación, se expone información detallada acerca de la enfermedad causada por el nuevo Coronavirus SARS-Cov2: la COVID-19 (Acrónimo: CO: Corona; VI: Virus; D: Disease, enfermedad en inglés; 2019: año en que se detectó el primer caso).

 

1. INTRODUCCIÓN
El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó sobre un grupo de pacientes con neumonía de etiología (causa) desconocida que incluyeron varios casos graves, con una exposición común a un mercado mayorista de pescado, marisco y animales vivos en Wuhan.

El 30 de enero, la OMS declaró la situación de “emergencia internacional”, y el 11 de marzo el estado de pandemia, en ese momento con epicentro en Europa.

Se atribuyó la posible etiología (causa) a un nuevo coronavirus, el 2019-nCoV, posteriormente llamado virus SARS-CoV2, por sus similitudes con los coronavirus que produjeron el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, en 2012) y el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo, Asia, 2002). La transmisión se pensó que, fundamentalmente, se debía a gotas respiratorias de más de 5 micras y por contacto directo con secreciones.

Este virus tiene un período de incubación (tiempo desde la exposición al virus y contagio hasta la aparición de los síntomas) entre 2 y 14 días, con una media estimada en el momento actual de unos 5 días.

El cuadro clínico más frecuente en adultos es el de una neumonía, con fiebre, tos seca, dificultad respiratoria e infiltrados pulmonares bilaterales en la radiografía de tórax convencional. La clínica puede variar desde cuadros asintomáticos y leves, pasando por neumonías moderadas, hasta cuadros de distrés (fallo) respiratorio severo con necesidad de soporte ventilatorio mecánico en UCI. Puede existir otra sintomatología, como cuadros gastrointestinales.

El cuadro clínico en los niños es más leve que en adultos, habiendo más proporción de asintomáticos, pasando por fiebre, tos, congestión nasal, rinorrea (mocos), cuadros gastrointestinales y cefalea (dolor de cabeza), entre otros (ver más adelante).

Actualmente se dispone de varias pruebas diagnósticas de laboratorio: PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa); test de detección de antígenos; test serológicos o de anticuerpos (ver más abajo).


2. CUADRO CLÍNICO EN NIÑOS. PRUEBAS DE LABORATORIO. TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD
La sintomatología producida por el nuevo Coronavirus puede ser idéntica a la de otras patologías respiratorias infantiles, por lo que saber si nuestros hijos tienen COVID-19 puede ser difícil solo por la clínica que presentan. Las revisiones bibliográficas realizadas a nivel mundial, ponen de manifiesto que los principales síntomas en niños son fiebre y tos. Muchos niños pueden ser asintomáticos, pero ser portadores del virus. Otros síntomas también detectados, pero en menor frecuencia, han sido diarrea, congestión nasal y/o rinorrea (mocos), vómitos, dolor de cabeza, disnea (dificultad respiratoria) y fatiga. Como podemos ver, nada diferente de lo que ya conocemos. Tan solo el antecedente de contacto con una persona positiva o enferma de coronavirus podrían hacernos sospechar que lo tienen, pero podría ser que desconozcamos si hay contacto.

Por eso, solo las pruebas de laboratorio (PCR, siglas del inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa, que detecta ácidos nucleicos -en el caso de este virus ARN-, o los test de antígenos, que detectan ciertas estructuras proteicas del virus) podrían confirmar el diagnóstico de sospecha. Los test serológicos en sangre, es decir de anticuerpos, las conocidas como inmunoglobulinas (IgM o IgG) son otro tipo de pruebas que pueden indicarnos si nuestro sistema inmune ha estado en contacto con el virus, es decir, si lo hemos pasado. En caso de una infección activa, las IgM se elevan, y en caso de una infección pasada, las IgM ya deberían ser negativas y las IgG ser positivas. Pero hay personas en las que no se generan anticuerpos IgG a pesar de haber pasado la enfermedad.

Se ha observado que los niños, afortunadamente, tienen cierta “protección” frente al nuevo coronavirus y desarrollan una enfermedad subclínica (es decir, asintomática) o una enfermedad leve. Dicha protección puede deberse a varios factores: los niños tienen un sistema inmune aún inmaduro con niveles más bajos de citoquinas, que son unas proteínas que producen las defensas que regulan la respuesta inmunitaria; los niños tienen diferentes virus y patógenos en las vías respiratorias que pueden competir con el nuevo coronavirus y debilitar su patogenicidad; los niños tienen infecciones respiratorias producidas por otro tipo de coronavirus que les confieren cierto grado de inmunidad cruzada frente al nuevo coronavirus, entre otras hipótesis.

Solo hay un pequeño porcentaje de niños que pueden desarrollar una forma severa, y existen unos factores de riesgo predisponentes para padecerla, como son: las patologías congénitas, enfermedades pulmonares crónicas, inmunosupresión (bajas defensas) debida al cáncer infantil, quimioterapia, obesidad, niños con trasplantes de órganos o niños en tratamiento con glucocorticoides.

Un tipo de presentación grave en niños es el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico vinculado al SARS-CoV2 (SIM-PedS). Dicho síndrome se observó con más frecuencia durante la pandemia en Italia, EE.UU., e incluso España, afectando a pacientes menores de 21 años, con una clínica muy similar a la de la enfermedad de Kawasaki (EK). La EK es una vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) aguda y generalmente autolimitada (es decir, se cura sola) de los vasos de pequeño y mediano calibre, que afecta exclusivamente a niños, en concreto menores de 5 años. Los síntomas del SIM-PedS incluyeron fiebre, síntomas gastrointestinales, cardiovasculares, exantemas cutáneos y enrojecimiento de las conjuntivas de los ojos, síntomas respiratorios y elevación de marcadores inflamatorios en sangre como la proteína C reactiva. Estos casos graves requieren ingreso en UCI, ventilación mecánica y pueden producir incluso la muerte. La diferencia con la enfermedad de Kawasaki es que los niños con SIM son más mayores y con síntomas cardiovasculares más severos. El tratamiento de las formas leves es el de cualquier enfermedad respiratoria infantil, ya que suelen ser autolimitadas, es decir, ceder solas, únicamente precisando antitérmicos para la fiebre e hidratación. Las formas severas precisan ingreso, tratamiento con antivirales, dexametasona (el corticoide más potente que existe), inmunoglobulina, plasma y soporte ventilatorio, entre otros.

Por tanto, debemos estar relativamente tranquilos en cuanto a los niños se refiere, pero no se debe bajar la guardia en las medidas de prevención y protección ni olvidar que, aunque suelen presentar formas asintomáticas o leves, puede existir una forma severa, aunque es poco frecuente.

No podemos diferenciar por la sintomatología simplemente si nuestros hijos tienen una enfermedad viral común o la enfermedad por el nuevo coronavirus, por lo que es muy importante respetar los periodos de cuarentena y estar atento a las recomendaciones de nuestro pediatra y nuestro médico.
Ya sabemos que lo mejor que podemos hacer es prevenir.

3. MEDIDAS HIGIÉNICAS (MASCARILLAS, GELES, DISTANCIAMIENTO)
Respecto a las medidas de higiene, queremos insistir en la importancia que tiene el uso de la mascarilla. Es nuestra principal barrera de protección y, por ello, debemos conocer el uso correcto de la misma. En cuanto a la obligatoriedad de su uso, según los protocolos de Sanidad, así como de la Comunidad de Madrid, se establece como edad límite para la obligatoriedad en 6 años: es decir, es obligatorio su uso por encima de los 6 años, no siéndolo en niños menores, aunque sí se recomienda. Quizá la edad sea arbitraria, ya que depende de la madurez de los niños: hay niños menores de 6 años que son capaces de llevarlas por largo tiempo con escasa manipulación, y, sin embargo, hay niños mayores de esa edad que la llevan de manera incorrecta y con manipulación.

Se plantea el problema de los centros escolares: los niños pasan largo tiempo allí y se la tienen que quitar para comer, por tanto, la manipulan. Es difícil pensar que no vayan a manipularla durante 6-8 horas, y más los niños más pequeños. Si bien este hecho es una causa para la no obligatoriedad, dependiendo de la madurez del niño, así como de la voluntad de las familias, los niños pueden llevar la mascarilla desde casa si lo desean. Tenemos el inconveniente de la posible manipulación, pero podemos tener muchos beneficios, como que un niño tosa cerca de otro y no le eche todos los gérmenes encima. Por tanto, en esa edad se deja a criterio de la familia, pero se insiste que la mascarilla es el único método eficaz en este momento para evitar la propagación de la enfermedad por el nuevo coronavirus, así como la distancia social, muy difícil entre niños.

Por otro lado, aunque no es obligatoria, se recuerda que para determinadas cosas se le puede decir al niño que se la ponga, para beneficio de todos, como puede ser en los centros médicos y en los lugares cerrados, como centros comerciales donde no se guarde la distancia… Siempre intentando no manipularla.

3.1. TIPOS DE MASCARILLAS

- Mascarillas quirúrgicas: Protegen más al resto de personas que a quienes la llevan puesta. Son desechables y su duración es de cuatro horas.



                                                                                    
- FFP2 o KN95: Este tipo de mascarillas protegen más a los que la llevan puesta. Su duración es de 8 horas, siempre y cuando no esté húmeda, sucia o mojada, al igual que el resto de mascarillas. Está indicada en situaciones donde la distancia de seguridad esté comprometida.

No deben usarse las mascarillas de este tipo con filtro, ya que no impiden la salida de virus al exterior.




- Mascarillas de tela: Lo más importante de estas mascarillas es que el material de fabricación esté certificado y que se laven según indique el fabricante, ya que, si no, perderán su eficacia.

 



3.2. NORMAS BÁSICAS PARA EL USO DE MASCARILLA

Las normas básicas para el uso de la mascarilla, independientemente del tipo que sea, son:

  • Manipularlas previo lavado de manos.
  • Ajustarlas bien para que cubran nariz, boca y barbilla... por muy buenas que sean, si no llevamos la nariz tapada, no sirven de nada.
  • Desecharlas según el tipo que sea cuando corresponda, metidas en alguna bolsa o envase cerrado, y, si es posible, cortar las gomas antes de tirarlas.
  • Cambiarlas cuando estén mojadas o sucias.
  • Guardar la mascarilla si tenemos que quitarla durante una comida, o por el motivo que sea, en una bolsa preferiblemente de papel o de tela.
  • No quitarla para estornudar o toser y hacerlo siempre en el codo. Y NO usar éste para los saludos.

Se recomienda, en los días de lluvia, que los niños lleven al cole una de repuesto, o el uso de pantallas protectoras, además de la mascarilla, para evitar que se mojen.

 





Las PANTALLAS PROTECTORAS no sustituyen el uso de la mascarilla.

3.3. LAVADO DE MANOS

  • No es necesario usar jabones especiales, ya que con el jabón y el agua el virus se elimina.
  • La duración del lavado de manos debe ser de 30 segundos, insistiendo mucho en los espacios interdigitales, uñas y dedo pulgar. Lavar hasta la muñeca cómo mínimo.
  • El lavado de manos debe hacerse siempre al volver a casa, antes de comer, después de ir al baño y siempre que se pueda.

La SOLUCIÓN HIDROALCOHÓLICA no sustituye al lavado de manos, pero debemos usarla siempre que no podamos lavarnos con agua y jabón.

Cumpliendo bien estas medidas básicas y la distancia de seguridad evitaremos la transmisión del virus.
                                     


                                          

3.4. DISTANCIA DE SEGURIDAD

Siempre que sea posible, se debe guardar una distancia de seguridad de 1,5-2 metros.

3.5. ESPACIOS ABIERTOS Y VENTILADOS

Es importante ventilar las estancias con la apertura de ventanas y puertas entre clases.

Los lugares más críticos son aquellos donde las personas se quitan la mascarilla, por ejemplo, en el desayuno y la comida, donde además se suele hablar alto, y así se expulsan más partículas de virus.


4. CASOS DE CORONAVIRUS EN EL CENTRO ESCOLAR. BURBUJAS. CONTACTOS.
¿Y qué pasa si hay algún caso de COVID en el cole? Pues esta situación ya se ha dado, y es probable que se repita, lo importante es que la afrontemos de la mejor manera posible. Lo primero es la salud, pero la buena noticia es que este virus se porta bien con los niños. En la mayor parte de los casos, la enfermedad será leve. Muchas veces, lo que más nos preocupa es que nos contagiemos los padres, sobre todo si alguno tiene alguna enfermedad de base, y los abuelos. Lo mejor que podemos hacer si algún niño tiene COVID es que todos los convivientes usen mascarilla para protegerse el máximo posible, sobre todo si hay personas vulnerables en la casa. Las mascarillas que mejor protegen a los convivientes cuando hay un enfermo en la casa son las N95 o FPP2. Y, si el niño infectado lo tolera, puede llevar una mascarilla quirúrgica. Además, se deben extremar las medidas de higiene y limpieza en la casa.

Cuando se confirma que hay un niño que tiene COVID, hay que avisar rápidamente a la Dirección del colegio. Ellos serán los que informen a Salud Pública para que dé las instrucciones oportunas. En nuestro colegio, todas las aulas se organizan en grupos de convivencia estable (o “burbujas”), por lo que los compañeros de la misma clase del niño que ha dado positivo, pasarán a ser considerados contactos estrechos y tendrán que guardar cuarentena. Esto quiere decir, según el protocolo actual de Salud Pública, que se tendrán que quedar en casa durante 10 días, sin tener más contactos que el grupo de convivencia familiar, por lo que se cerrará el aula durante ese periodo. Es muy importante respetar este periodo de confinamiento, porque es el tiempo que el virus puede tardar en dar la cara si el niño se ha infectado (lo que se llama el periodo de incubación).

Como veis, los grupos “burbuja” son muy útiles porque, en caso de que haya algún caso de COVID en un grupo, se limitan mucho las posibilidades de transmisión dentro del cole y permite que las otras aulas sigan su actividad habitual.

Actualmente, el protocolo oficial indica que no se hará una prueba diagnóstica (PCR o test rápido de detección de antígeno) a los compañeros del niño con COVID considerados contactos estrechos, salvo que desarrollen síntomas. La prueba diagnóstica a los contactos tiene como objetivo detectar precozmente los nuevos casos de COVID y poder frenar la transmisión aislando a la persona que le salga un resultado positivo. Pero, en el ámbito familiar, es prácticamente imposible aislar del resto de la familia a un niño con una prueba positiva. Por otro lado, si la prueba a un contacto estrecho sale negativa solo indica que el día en que se la hicieron no había evidencia de infección, pero la enfermedad puede manifestarse días después, por lo que sigue siendo necesario completar la cuarentena. Por lo tanto, a efectos prácticos, no es tan importante que le hagan o no la prueba a los compañeros/as de un niño/a con COVID, sino que lo fundamental es estar atentos a la aparición de síntomas y respetar rigurosamente la cuarentena. 

Aunque nuestro hijo sea un contacto estrecho, no quiere decir que el resto de la familia lo sea. Los padres, madres, hermanos/as u otros convivientes de un contacto estrecho no se consideran también contactos estrechos. Por tanto, pueden continuar con su actividad habitual manteniendo las medidas de precaución habituales. Eso sí, en caso de presentar algún síntoma, hay que llamar enseguida al centro de salud.


5. ENLACES DE INTERÉS.

  • Pincha AQUÍ para ver el documento de preguntas y respuestas sobre la vuelta al cole del Ministerio de Sanidad.
  • Pincha AQUÍ para ver distintas situaciones de padres/madres de niños escolarizados en relación con bajas laborales por covid de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
  • Pincha AQUÍ para información sobre la duración del aislamiento domiciliario en caso de infección por coronavirus.
  • Pincha AQUÍ para ver información sobre los Coordinadores Covid-19 en centros educativos de la Comunidad de Madrid (este último dirigido a los colegios, pero de interés para los padres).

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